Presentación

Pat Perry

Pienso con convicción que a la gente se le conoce leyéndola, y lo pienso así, tal vez en parte, por mi interés sobre la escritura y lo que su práctica representa en mi vida. Escribo regularmente cuando siento la necesidad, y esa necesidad se hace constante, cuando uno le encuentra a esto un lado pasional, y más allá de eso, una manera de darse a conocer, libremente. De ahí la frase que dice, que las personas somos libros abiertos; regularmente no lo somos. Nos cuesta escribir cosas como esta, porque no nos atrevemos a ser nuestros jueces, o incluso porque lo somos, jueces demasiado rigurosos. 

En mis escritos, que directa o indirectamente siempre son un reflejo de mí, porque en primer lugar son pensamientos propios, desnudo un poco y a veces resultando tediosa y un poco pedante, lo que considero mi verdad; una verdad que se ha ido descubriendo, cuando vivo. Porque no considero otra forma de encontrarse a uno mismo, que en el mismo reflejo de la vida, y de los otros. Terminé haciendo algo que en un principio no quería, y era volver esta actividad, un relato con toques de romanticismo y cursilería, pero no encuentro otra forma de que me conozcan porque es escribiendo, que me conozco yo. 

El resto sería contarles mi nombre (Maria Luisa Ballen Gutiérrez), que sólo, les dice poco; Mi edad (21 años); que podría acercarlos un poco contextualmente a mis aficiones; Lo que estudio (Diseño de Vestuario, 9 semestre), tal vez un punto común para entablar una conversación. Pero estos son sólo datos informativos, que no dicen más que los datos que normalmente nos piden en una encuesta. Conocerse va más allá de esto, y como no es preciso que les cuente mi vida, los invito a que me lean, siempre que les sea clara, y sobre todo amena de leer.