5/11/2016

Pensamiento inquieto # 2


Apenas y me recostaba cuando esta niñita inquieta que tengo metida en la cabeza comenzó a preguntar: ¿y si escribimos? ¿si? ¿si? ¿si? ¿Porfa? 

Y aquí estoy como siempre sin saber a dónde me llevan las letras, o mejor qué esconden y por qué necesitan papel, o pantalla en este caso.

No quiero tener los ojos multicolor, mucho menos saberlo todo sobre todo, a veces, incluso, a menudo y casi nunca, quisiera ignorar gran parte de lo que me gobierna. La caída libre de la que tanto hablo, a la que me lanzaría sin más, el torbellino sin forma, el pozo sin fondo. Hoy el amor se me parece más al amigo que al amante que antes me quitaba el sueño, se me parece más a unas piernas somníferas que se acomodan suavemente a mi cuello, y me dejan dormir.

¿Por qué nos gustaba eso de quitarnos el sueño? era más reconfortante encontrar alguno en el cual perderse, y creo que ese sos vos, que hace rato que me rondás los insomnios y las lágrimas ajenas. La verdad ya poco me interesa que me hagan temblar las rodillas prefiero que me lleves en brazos a dónde quieras, o queramos los dos.