10/08/2014

Diario de Viaje

8 de Octubre
¿Cómo son los españoles?

Y bueno, desde que llegué a Madrid tuve esta pregunta en mente. Me imaginaba unos tipos con carácter fuerte, malencarados detrás del mostrador de inmigración. Oh sorpresa! Cuando el tío que me atendió, hacía sus preguntas rutinarias con una especie de coqueteo descarado, y yo pensaba: -A mi métanme al cuartico. (El cuartico es ese lugar donde meten a la gente para revisarla más a fondo), Pues el tío era guapísimo. ¡De todos modos! Y como dice el dicho, hay de todo en todos lados, pero aunque eso sea verdad, y para los que creían que yo era una fastidiosa de mierda, el español fastidioso, lo es en exceso. Hablo del que remplaza, en las noches y mañanas, al argentino querido que prefiero esperar en recepción, para resolver mis dudas de extranjera primípara. Sí, el argentino, aunque pedante, se parece más al paisa, que el catalán. Luego, en el super mercato, el tipo de la caja era un amor, y también estaba bueno. ¿Cuándo puede decir eso uno de los cajeros del éxito? Hay que escoger mejor al personal, pues de ahora en más, ese será mi lugar de abastecimiento. Ya en mi habitación me encontré con el problema de abrir una botella de vino rosé, salí con la mentalidad de bajar hasta la recepción y decirle a mi amigo el argentino que me ayudara, pero solo a dos puertas estaba mi salvación. Un tipo de espaldas y en sudadera. Pensé, es un conserje arreglando la habitación, lo saludé y le pedí que me ayudara, cuando volteó y me pidió que le esperara un momento, wow, era un vecino sensual, que entre su acento español, me dijo algo así como: ¿Ostia, y entonces que ibais a tomar? Si me conocen se imaginaran un par de respuestas que pasaron por mi mente, pero no. Solo pude sonreír mientras intentaba disimular lo atractivo que me pareció.

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