11/04/2015

Una tarde en BCN

Comienzo a escribir tomándome un chocolate caliente frente a la pantalla. Llegó el invierno, pasó navidad, y la soledad increíblemente ya no me molesta. La he aprendido a querer, y en parte es porque este momento de aceptarme y vivir conmigo misma me ha hecho crecer. Cuando regrese, seguiré siendo yo, pero con mucho más para dar y menos ansias de recibir de los demás. Porque al final, y eso lo entiendes cuando estás lejos, solo, y te toca comenzar de nuevo, uno solo se tiene a uno mismo. Quedarme un viernes en casa, no es una tortura, como me lo parecía antes. Si algo me ha dado realmente duro de esta experiencia es darme cuenta que soy la misma, sin importar el lugar, y mis errores siguen siendo los mismos, y mis tristezas. Pero también mis alegrías y mis motivos para sonreír aumentan. Se suman a mi vida nuevas experiencias, personas que están igual que yo: en la búsqueda.

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