Hace mucho los días no se me volvían tan eternos, tan
desesperantes. No encuentro como deshacerme de este nerviosismo en el pecho,
esta sensación de que la estoy cagando una vez más, y para colmo cuando estoy
así me encierro en mí misma, en lo profundo, allí ni siquiera yo puedo
encontrarme. Paso largas horas en silencio, pero no lo estoy. En mi cabeza hay
una revuelta, y en mi pecho atoradas lágrimas, palabras y suspiros. ¡Es un
silencio tan ensordecedor! que no deja que escuche nada más, a nadie más, soy mi peor compañera en una situación así. Busco leer, ver
televisión o concentrarme en mi trabajo, y cuando me doy cuenta estoy de nuevo perdida,
buscándome en los rincones de mi cabeza, o escondida como un soplo en el corazón, esperando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario